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domingo, 29 de agosto de 2010

Cierre del Pre congreso




Estimados,

el pasado viernes 27 dimos culminación a al ciclo Montevideo en Debate 2010, con una muy ilustrativa charla sobre Recursos Humanos en la reforma del Estado. Los compañeros nos hablaron de la necesidad de ir caminando hacia la ventanilla única de entrada a la administración central, de los problemas que hay al tratar de organizar los recursos que existen, de que en general las normas necesarias para la buena función existen pero no se aplican por parte de los jefes.
En la administración del Estado no hay "costumbre" de planificar sobre los recursos humanos existentes.
Queda mucho por compartir y debatir, esperamos comentarios y aportes, para entre todos ir dándole forma a otro ciclo para inicios de 2011.

Abrazo fraterno.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Compañeros

Compañeros,

Tenemos el agrado de invitarlos al cierre del ciclo Montevideo En Debate, Capital De Ideas. Este viernes 27 de Agosto, 19:30 h, en el local Central del MPP.

Debate charla REFORMA DEL ESTADO, con el compañero Gustavo Misivoccia, actualmente asesor de la oficina de servicio civil, vinculado a CADESYC

viernes, 20 de agosto de 2010

DEFENSA

Estimados cros

Invitamos a la Charla sobre Defensa y FFAA a realizarse el próximo lunes 23 de agosto a las 19.30 hs en el local central del MPP ( Mercedes 1368). La misma se realiza en el marco del ciclo Montevideo en Debate " Capital de ideas"

Convocan: Comisión de Defensa Nacional y Regional Montevideo del MPP

Agradecemos difundir la actividad entre sus contactos

martes, 13 de julio de 2010

LA TAN MENTADA PARTICIPACION

Como integrantes de la fuerza progresista Frente Amplio hemos afirmado y afirmamos que vamos a gobernar con la gente. ¿Pero la gente, quiere participar?

Una primera cuestión que aparece es: ¿La gente quiere participar? ¿Qué pasa con la gente en general? Por nuestra experiencia, la gente no se pecha por participar. Hemos nacido y nos hemos criado en una sociedad fuertemente jerarquizada, desestimulante de la participación. Estamos acostumbrados a que nos manden.

En nuestra casa cuando niños, teníamos que obedecer a nuestros padres, en la escuela a la maestra, en la fábrica al capataz y al patrón, en la calle al policía, etc. Así es como funciona esta sociedad.

Hasta en los sindicatos de trabajadores, en donde es dable esperar un mayor igualitarismo, el conjunto nombra a las directivas y luego se desentiende. Y no es sólo eso, sino que los que reciben las responsabilidades, también hijos del sistema, tienden a tomar las responsabilidades como instrumentos de mando. Podríamos decir que tenemos la jerarquización en la médula espinal.



Información, elaboración y mecanismos de participación
El lograr la participación, que constituye a nuestro juicio una profundización de la democracia, o sea tender al verdadero protagonismo del “demos”, es una tarea pedagógica muy difícil y de largo aliento. En ese camino hay muchísimas cosas a resolver. Por ejemplo quiénes realizan esa tarea pedagógica y con qué cabeza.

Empecemos por reconocer que una cuestión primaria a encarar es la divulgación de elementos de juicio, o sea información adecuada, para que la gente tenga con qué formarse opinión. A lo que sabemos, ninguna de las organizaciones políticas de este país tiene los mecanismos de recopilación de información, análisis y distribución, no solo de la información, sino también de distribución de documentos de análisis, que en general son escasos. Hay poca elaboración. En general, lo que se elabora está referido a las problemáticas políticas institucionales y de gestión de gobierno.

No dejamos de reconocer la importancia que estos temas tienen, pero las problemáticas de la sociedad los trascienden largamente. No se profundiza en la búsqueda de definiciones y acciones para los múltiples problemas en presencia, y en el análisis de su proyección estratégica. Impera mucho, a nuestro juicio, la casuística.

Y tampoco se profundiza en la búsqueda de mecanismos que faciliten la participación. Han llegado a nuestro conocimiento algunos trabajos referidos a la reforma del Estado, de diferentes vertientes. Contienen propuestas de perfeccionamiento del Estado, tendientes a su mayor eficacia. Nos parecen posibles pero insuficientes.

Inventar la democracia participativa

No hemos visto análisis y propuestas de modificación de este Estado construido para ser dirigido por unos pocos. Reconocemos que el tema es difícil pues en realidad habrá que “inventar”. No hay antecedentes históricos de lo que propondríamos llamar “democracia participativa”.

Ni aun los experimentos “socialistas” realizados hasta hoy, han avanzado mucho en este asunto.

Por supuesto nos estamos refiriendo a las sociedades con Estado. De paso digamos que el término democracia, como concepto a secas, no dice nada. Los que inventaron la democracia -incluso la palabra-, los griegos, tenían una democracia limitada a los “ciudadanos”. No participaban los “ilotas”, o sea los esclavos. Mucho mas tarde, cuando se conformaron las naciones y fue derrotada la aristocracia, apareció la “democracia burguesa”. Se llegó al sufragio universal: todos votan, pero no mandan.

Aparecieron en el siglo XX las “democracias populares”, en los países del este de Europa, en la órbita soviética. Retrocediendo a la democracia burguesa sin un rasguño.

Sin duda tenemos el desafio de inventar la democracia participativa, que vendría a ser un modo de convivencia social en las antípodas de la sociedad jerarquizada en la cual vivimos. Pensamos que es muy probable que sea una construcción “molecular”, por lo memos por un buen trecho.

Por lo tanto, una acumulación cuantitativa de formas moleculares, que debieran tender, por un lado al desarrollo de un “tejido” social y por otro a “mechar” el sólido bloque institucional del Estado presente. Conocemos el entusiasmo de bastante gente con las posibilidades que permiten las tecnologías de la comunicación. Pero en el Uruguay son miles y en América Latina millones los que no pueden acceder a ellas. Sin duda las tecnologías permiten a muchas personas informarse, diríamos inclusive “ilustrarse”, pero no dejan de ser “subordinados ilustrados”.

Otros pocos son los que “cortan el bacalao”.
extraido del periodico PARTICIPANDO,

lunes, 12 de julio de 2010

LANZAMIENTO de MONTEVIDEO en DEBATE

Montevideo Capital de Ideas
Este jueves 15 de julio lanzamiento de la etapa precongresal del Regional Montevideo del MPP, a las 19:30 hs. en el local de Mercedes.
Hablaran Lucia Topolanski y Ernesto Agazzi.

viernes, 9 de julio de 2010

Entrevista a Chomsky. Aporte a la reflexión


03-05-2010

Entrevista a Noam Chomsky

El centro no puede gobernar, o el pavoroso paralelo entre los EEUU de hoy y los últimos años de la República de Weimar Patricia Lombroso Il Manifesto Nos encontramos con Noam Chomsky, que ha estado dando una serie de conferencias en el Left Forum con el significativo título de "El centro no puede gobernar" y con ocasión de la aparición en los EEUU de su último libro (Hopes&Prospects ), publicado por la editorial Haymarket. En el ensayo analiza, junto a "las esperanzas y las perspectivas", los peligros y las posibilidades todavía abiertas de nuestro siglo XXI, el hiato creciente entre Norte y Sur, los mitos y las ilusiones del excepcionalismo estadounidense, incluida la presidencia de Obama, los fiascos de las guerras enIrak y Afganistán, el asalto israelí-estadounidense a Gaza, la nueva división internacional del terror nuclear y la naturaleza de los recientes rescates bancarios. "La situación que vivimos en los EEUU de hoy da miedo. El nivel de rabia, frustración y disgusto contra las instituciones ha alcanzado cotas impresionantes, sin que se vea posibilidad de organizar esa rabia de manera constructiva. Los parecidos con la República de Weimar después de 1925 son asombrosos y extremadamente peligrosos". Con esas graves consideraciones de Chomsky abrimos la entrevista.

¿Qué paralelos económicos y sociales se dan entre la realidad estadounidense actual y el período de la República de Weimar luego de 1925, que despejó el camino a Hitler?

El apoyo de base de la parte de la población alemana que abrazó la subida al poder de Hitler estaba constituida esencialmente por la pequeña burguesía y la gran industria que se sirvió del nazismo como arma política para la destrucción de la clase obrera en Alemania. La coalición de gobierno se formó mucho antes de la Gran Depresión de 1929. Con las elecciones de 1925, la Alemania de Hindenburg -y la coalición gubernamental formada— era sociológicamente y casi demográficamente muy semejante a la que apoyó el ascenso al poder en 1933 de un personaje tan oscuro como Hitler.
Pero ya a fines de los años veinte se extendía por Alemania ese malestar original compuesto de
desilusiones y de resentimiento contra el sistema parlamentario. Se presta menos atención a un
factor de gran importancia, y es que el nazismo, además de la destrucción de comunistas y socialdemócratas, triunfó también en su propósito de destruir a los partidos de poder tradicionales, conservadores y liberales, que se hallaban ya en franco declive durante la República de Weimar de los años veinte. Ésa es la impresionante analogía histórica con lo que ahora mismo está madurando en los EEUU. Los últimos sondeos de la opinión pública muestran que el sentimiento de la población a la forma de ser gobernada por demócratas y republicanos ha descendido al 20%. El odio al Congreso y a la dirección seguida por el gobierno de la nación supera el 85%. Como en el período weimariano de Alemania, la población estadounidense está disgustada por el pasteleo entre los dos grandes partidos para salvaguardar sus propios intereses. La difusa mentalidad que cada vez gana más adeptos entre la clase media estadounidense es la de que los miembros del Congreso deben ser combatidos como "gánsteres" y eliminados. La composición demográfica de quienes abrazan esas ideas está formada por blancos de la América profunda, personas sin una particular identidad y, sobre todo, sin otras perspectivas políticas que las expresables en clave antigubernamental. Esos grupos, como el famoso Tea party y otras franjas nacidas del vacío de dirección política, han sido movilizadas e instrumentalizadas por la extrema derecha, con riesgos muy serios. Las clases industriales estadounidenses se sirven de lo que constituyen inquietudes económicas y sociales legítimas de la pequeña burguesía, a fin de criminalizar a la inmigración, y eso al tiempo que utiliza el excedente de población predominantemente afroamericana que llena las cárceles como un nuevo recurso de mano de obra a ínfimo precio en las cárceles de los estados o en las privatizadas.

¿Por qué utiliza usted el paralelo con la Alemania de Weimar, en particular, para lo que está ocurriendo en los EEUU, y no en otros sitios, como Europa, en donde los principios del neoliberalismo conservador se han visto también ampliamente realizados?

Porque Europa ha conseguido mantener todavía con vida una estructura socialdemócrata. Subrayo también que sólo América Latina, y ya desde hace una década, ha rechazado el modelo ideado en Washington. Aquí, en los EEUU, las consecuencias de los principios del neoliberalismo salvaje están experimentando -insisto en ello— una visible quiebra. El capitalismo ha fracasado, pero el desastre irreparable lo paga esencialmente la mayoría de la población. Aquí, los proyectos
granempresariales en colusión con el gobierno han logrado marginar socialmente a comunidades
enteras que se hallan ahora en desbandada, con el único propósito de llevar a cabo la financiarización social y económica de los "ejecutivos" de los sistemas bancarios. Al propio tiempo, la clase emprendedora estadounidense utiliza la rabia y el disgusto de la mayoría de la población para fomentar el odio antigubernamental, aun a sabiendas del riesgo que eso trae consigo de un triunfo electoral de la extrema derecha del partido republicano. La situación es preocupante.
Porque el daño irreparable provocado por el liberalismo conservador ha provocado el resultado de un déficit público absorbido por China y Japón. Ahora mismo, la mitad del déficit público estadounidense se debe al presupuesto de Defensa. En el contexto global, equivale al total de todos los presupuestos de Defensa del mundo entero. La otra mitad del déficit público ha sido originada por la explosión de los gastos sanitarios dimanantes de las ineficiencias de un sistema de salud absolutamente privatizado.

Pero ahora se acaba de aprobar la reforma sanitaria promovida por Obama...

La reforma sanitaria de Obama aprobada por los demócratas no es un cambio profundo del sistema sanitario estadounidense; la industria privada de la sanidad la vive, al fin y al cabo, como una victoria política. Y en el fondo del escenario, la realidad sigue siendo harto dramática, porque la desocupación sigue avanzando y la recuperación económica no termina de llegar.

de Brecha, 21/5/2010
Traducción para www.sinpermiso.info: Ricardo Timón
Tomado de http://www.ilmanifesto.it/il-manifesto/ricerca-nel-manifesto/vedi/nocache/1/numero/20100501/pagina/05/pezzo/277285/?tx_manigiornale_pi1[showStringa]=Patricia%2BLombroso&cHash=58f34cf937

jueves, 8 de julio de 2010

documento para discucion de la Dirección del Zonal 4 -MPP

El trabajo político del MPP en el territorio en la etapa actual

Este documento se propone transmitir la visión del trabajo político en el territorio para la etapa actual desde una dirección intermedia, el Zonal 4 de Montevideo.

La participación en la coyuntura actual

La participación del pueblo en las organizaciones políticas y en los ámbitos en los que se construye el poder está dentro de nuestra concepción ideológica del MPP. Recientemente, Julio Marenales escribió que la participación, que puede entenderse como una profundización de la democracia, es difícil de construir en los hechos. Es por eso que tiene sus rasgos utópicos, que la transforman en una búsqueda permanente y siempre perfectible.

La participación, el pueblo en la calle tomando reivindicaciones, haciendo propias las banderas de transformaciones en la sociedad, siempre la hemos entendido como el sostén para un gobierno que comparta y lleve adelante reivindicaciones populares. La gente debe tomar como propios los avances en los proyectos populares, en las mejoras en la distribución de la riqueza, sentirse partícipe de los cambios. Es un elemento imprescindible para la fortaleza de un gobierno popular.

En la etapa actual, tenemos un gobierno que pretende continuar la profundización de cambios que favorezcan a los sectores más desposeídos, y que probablemente generarán reacciones de los círculos de poder, conflictividad, lucha de clases. Nos enfrentamos a esta etapa en una coyuntura de baja en la participación y en la organización de las clases populares. Por ejemplo, han aumentado los padrones en los sindicatos, a la vez que se mantiene en un nivel muy bajo la participación en asambleas y en las direcciones. Tenemos 60-70% de votación del FA en algunos barrios de Montevideo, pero somos un (muy importante) puñado de compañeros quienes mantenemos los comités de base. Terminamos el proceso electoral en forma relativamente exitosa, pero con escaso crecimiento del MPP en lo organizativo, en gente que efectivamente se haya arrimado.

No obstante, tenemos que encontrar las claves para mantener los embriones de organización, para que crezcan los ámbitos que están funcionando. Tenemos que evitar que la gente no reciba nuestros mensajes solamente a través de dirigentes por la televisión, sino que pueda también contar con el contacto directo con su vecino/a, su compañero/a, que cuente con una organización a nivel local de referencia, y que pueda cada cual a su manera ir haciéndose partícipe.

El gobierno y la fuerza política

La etapa actual, con el segundo gobierno del FA, se caracteriza por múltiples articulaciones a re-construir, en torno al triángulo gobierno <−> fuerza política <−> bases. Triángulo, porque desde el gobierno también se visualiza la importancia de la participación, y se propone “entusiasmar” a la participación. En sus primeras acciones, el Pepe viene marcando una diferencia con el estilo de Tabaré, tanto en las convocatorias a “voluntariado” y otras formas de participación que se intentan, como en algunas marcha-atrás que metió cuando la fuerza política le planteó discrepancias.

Además, a la vez que se asume este gobierno, nos llegaba una/otra lección desde Chile. Por un lado, la derrota en Chile nos marca la necesidad de que existan cambios reales con un gobierno progresista, que colmen las expectativas planteadas para el gobierno; y por otro lado, que la gente esté involucrada en las transformaciones que se vayan impulsando, que las reconozca como propias.

La fuerza política (FA, MPP), como herramienta de organización para alcanzar el gobierno cumplió su objetivo. Tanto los compañeros que asumen cargos de gobierno, como los que seguimos trabajando exclusivamente en la organización política, tenemos el desafío imprescindible de evitar que el gobierno fagocite la fuerza política. El genuino articulador entre el gobierno y las bases es nuestra fuerza política, el ámbito donde se construye opinión, se elaboran las políticas, se corrigen los rumbos, y se prepara el nuevo equipo de gobierno.




El trabajo del MPP en los territorios en la etapa actual

Por los antecedentes expuestos, entendemos que como MPP debemos jerarquizar el trabajo en el territorio, en los comités y las coordinadoras del FA, así como el trabajo con organizaciones sociales, en el frente de masas. En particular en Montevideo, y tal vez también en muchas localidades de otros departamentos, nos enfrentamos a la nueva realidad de los municipios, que pasan a ser el escalón de gobierno más cercano a la gente. Tenemos que fortalecer los municipios para que no sean ninguneados, organizar la articulación de los municipios con organizaciones locales, con las coordinadoras FA, y la participación real de la gente en las políticas de los municipios.

En este segundo gobierno del FA y con la profundización de los cambios que pretendemos, las tareas en el territorio no pueden entenderse como tareas residuales a las tareas que realizamos otros compañeros desde el gobierno, ni residuales a las tareas centrales de la fuerza política.

Una definición en ese sentido, deberá verse reflejada en los esfuerzos y recursos que ponemos como organización para el trabajo en los territorios. En ese sentido, y dada la importancia de crecer en la organización popular y como organización política en la etapa actual, entendemos que no deberíamos bajar la intensidad de muchas de nuestras acciones en comparación con lo que hacemos durante la(s) campaña(s) electoral(es) en los barrios.

Entendemos que en un análisis conjunto con los zonales y las agrupaciones, se debe resolver el mantenimiento de nuestros locales, locomoción, propaganda, así como compañeros rentados en los casos que exista la persona adecuada y la tarea fundamentada. Jerarquizar el trabajo político en el territorio (también) en la etapa actual deberá pasar por el mantenimiento y crecimiento de algunas de estas herramientas.